Friday, November 22

De La Plata a Capital Federal y de ahí al mundo: El éxito de Damian Pereyra en el mundo de la tecnología

Entrevista con Damian Pereyra, Business Development Manager en SLONY, donde nos comparte su inspiradora historia de expansión empresarial desde La Plata hacia la Capital Federal. Nos cuenta  cómo superó desafíos, aprovechó la importancia de rodearse de personas indicadas y fundó Makers, un ecosistema de emprendedores que unen fuerzas para triunfar en el mundo empresarial.

Damian Pereyra tiene en claro,  cuáles son las metas y valores que debe tener la carrera de un profesional si lo que quiere es triunfar: “No hay nada más rentable que el conocimiento, no hay herramienta más importante que la innovación”. Pero antes que nada recuerda cuáles fueron sus  bases para llegar lejos en lo que se propuso como profesional: “Lo más importante son los viejos, así que quiero agradecerle a Olga Gomez y Jose Pereyra”. Cuando los menciona, se le filtra a Damian un hilo de emoción que le remite a esa tierna infancia por la ciudad de La Plata, donde comenzó a dar sus primeros pasos. De aquella época también se puede obtener un sabio consejo para los que recién inician: “Busquen rodearse de las personas indicadas, eso es fundamental”. Dentro de ese grupo de personas con las que Damian comenzó a rodearse se ubica su socio, Rodrigo Mendez, con quien construyó una sociedad que seria clave para su desempeño en la Capital Federal.

Importa muchísimo las personas con las que te rodeas, creo que tuve la suerte de rodearme de las personas indicadas, que me decían: ‘esto es por acá’, y fíjate que con esto se pueden hacer estas cosas. Después, pasaba que yo me dedicaba a innovar sobre ese tema para seguir trabajando y seguir creciendo. Creo que eso es fundamental rodearse de las personas indicadas para que te digan que camino tomar y después en base a  las experiencias que te transmiten obviamente formar tu propio camino

Sobre esos primeros pasos, donde quizás son más los errores que los aciertos, Damian sostiene que lo más importante es no abortar ninguna de las ideas que circulan por la cabeza de los incipientes emprendedores: “Tenés que ejecutar las ideas más allá de cómo te salgan, porque si te salen mal te llevas la experiencia y eso vale muchísimo”. Sobre esos primeros pasos, también aparece en el relato de Damian su vínculo con Alan Silva, al cual lo define como “Un genio con una mente brillante”. Alan fue el que le marcó a Damian que el futuro estaba en el campo de la tecnología. Entre ambos, construyeron una empresa que les permitió asentarse en La Plata, donde los resultados fueron más que satisfactorios. Pero la comodidad no es algo que caracterice a los empresarios exitosos y a Damian le tocó enfrentarse al momento de tener que dejar la zona de confort. Esta situación se dio cuando Rodrigo Mendez, que por esa época ya llevaba un buen tiempo en Capital Federal, le planteó que las posibilidades de crecimiento en territorio porteño eran aún mayores que las que se podían vislumbrar en las tierras de Dardo Rocha, sobre esa situación, Damian confiesa:

 “Te da miedo decir ‘vamos a apostar por algo más grande’, te da miedo perder lo que venís construyendo, es ahí donde aconsejo que si ven que puede salir bien que vayan con todo” 

¿Cómo fue tu experiencia al expandir tu negocio desde La Plata a la capital, considerando la diferencia en el tamaño de mercado y los desafíos que enfrentaste al salir de tu zona de confort?

La Ciudad de La Plata es hermosa, muy tranquila, pero tiene un mercado limitado. Cuando nosotros estábamos desarrollando aplicaciones a medida, algo esencial en la era de la digitalización, llegó un momento en donde se nos acabaron las instituciones a las cuales ofrecer nuestro servicio. Fue entonces cuando empecé a ver que en la capital había un mercado bastante grande. Aquí es donde hay que tomar la decisión más difícil, porque estás saliendo de tu zona de confort. Este paso que das es arriesgado; no es que todo sea color de rosa, porque no lo es. Muchas veces, cuando das ese paso y comenzas de cero, se te cruzan pensamientos como “¿Dejé algo armado para empezar de cero en un mercado competitivo? ¿Tendré éxito?”. Es justo ahí donde debes bloquear esos pensamientos y mantener firme tu decisión.

Contame sobre ese proceso. ¿Cómo te sentiste durante esas semanas de incertidumbre y qué tipo de preparación realizaste antes de dar ese paso?

Fueron semanas en las que, obviamente, estaba el tema de preguntarme si me iba a ir bien o si lo había perdido todo. Sin embargo, siempre tuve la determinación de que me tenia que ir bien, porque cuando di ese paso, lo hice después de un estudio previo en el que planifique cómo lo iba a hacer. Teníamos claro quiénes eran nuestros competidores en el mercado y realizamos un estudio que, a veces, en los papeles te da buenos resultados, pero cuando lo llevas a la realidad, no es tan así. Eso nos pasó miles de veces, de estar planificando en una oficina durante toda la noche y luego al día siguiente, que no se diera nada de lo que teníamos en los papeles.

¿Cuáles fueron los primeros éxitos que te comenzaron a dar la razón en la decisión que habías tomado?

Cuando de la mano de Rodrigo Méndez, dimos vida a Slony, una empresa de servicios tecnológicos. En aquella época, el “big data” era la tendencia dominante, y decidimos adentrarnos en ese nicho, lo cual resultó bastante exitoso. Comenzamos a expandir nuestros servicios a Estados Unidos, lo cual considero un privilegio, ya que admiro la forma en que los estadounidenses trabajan. Como gerente del Club de Negocios, establecí vínculos con el Banco Americano. Quiero expresar mi agradecimiento a Robert Durban, el presidente de desarrollo del Club Americano, quien en ese momento me brindó la oportunidad de desarrollar negocios con ellos.

¿Cómo es ese desafío de abrirse al mundo? 

Cumplí varios sueños en ese momento. Conocí al embajador de Estados Unidos y a personas muy importantes de la Casa Blanca. Adquirí experiencia propia para hacer más eficaz todo lo que venía haciendo dentro del Club Americano. Empezamos a adquirir servicios de Estados Unidos, y ahí vimos algo que nos llamó la atención: el tema de los referidos. Funciona de la siguiente manera: una empresa nos contrata, nosotros le proporcionamos los servicios y, a su vez, dentro de la misma empresa, nos dicen que también necesitan otros servicios. Es en ese momento cuando recomendamos a cada uno de nuestros partners. Viendo este sistema, planteé la posibilidad de armar un ecosistema de negocios y servicios de tecnología. Fundamos el ecosistema de servicios de tecnología, que incluye a varias empresas de distintos rubros, como machine learning, inteligencia artificial, robótica y big data. Así, empezamos a adquirir servicios de todas partes del mundo.

¿Cómo surgió la idea de crear Makers y cómo esta iniciativa logró unir a emprendedores de diferentes sectores? 

La pandemia nos sorprendió por las dificultades que trajo, pero a su vez nos unió. Fue un momento en el cual emprendedores de diferentes tamaños, pequeños, medianos y grandes, nos unimos para ayudarnos. Gracias a esta situación, se me ocurrió una idea, ya que provenimos de diversos sectores empresariales. Entre todos podríamos brindarnos apoyo, especialmente el sector de servicios y tecnología podría colaborar con las empresas del campo. Fue entonces cuando creamos Makers, que en la actualidad cuenta con más de 100 integrantes de diferentes sectores. Naturalmente, nos ayudamos mutuamente, establecemos redes de contacto y llevamos a cabo eventos y proyectos.

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