Sunday, September 29

Max Delupi: “Hoy en día la libertad es tener la comprensión de este fenómeno”

En dialogo con Multiviral el productor audiovisual y conductor de radio analiza el rol de las plataformas digitales en la disputa por la soberanía nacional y la influencia de las corporaciones globales en la opinión pública.

Por: Mariano Quiroga

La pregunta por: “¿Cuál es el esquema de soberanía cuando millones de argentinos tienen un cable en sus casas y se informan a través de lo que BlackRock quiere que veas?”, deja en evidencia lo poco informados que estamos los argentinos sobre quiénes son las empresas que manejan nuestra cuota diaria de información cuando estamos en línea. Max Delupi es consciente de que al pronunciar ese interrogante se comienza a plantear el verdadero sentido de independencia en pleno 2023. Ponerle nombre a los dueños de las plataformas digitales es un ejercicio vital a la hora de defender nuestra soberanía. Es el punto de partida para visibilizar quiénes son los financistas que se esconden detrás de las caras conocidas dentro del mundo de las GAFAM

La pregunta se origina en el preciso momento en el que comenzamos a indagar la relación entre el surgimiento de esta “nueva derecha” y las plataformas digitales. Max Delupi conoce el paño de las Big Tech: da charlas, asesora a políticos e intenta transmitir su percepción con frases contundentes. “Se produjo un cambio muy profundo en una batalla que es desigual y global”, para el conductor de radio y productor audiovisual, esto trajo como consecuencia que se hayan borrado las fronteras, lo que implica asumir el compromiso de formarnos para comprender las nuevas reglas del juego. “Hay que entenderlo, y de esta manera nos vamos a poder preparar como los músicos del Titanic para afrontar la situación con mucha dignidad”.

¿Cómo se puede leer el resultado de las PASO dentro del contexto de la batalla cultural?

Va más allá del resultado de las PASO, creo que es una batalla que se viene perdiendo desde hace muchísimos años. Tenemos que pensarlo dentro de un campo muy amplio, más allá de la cuestión partidaria, porque hay que ser muy respetuoso con los que piensan distinto, pero hay que establecer una diferencia entre lo nacional, que es el país de uno, y la globalización, que viene con una nueva metodología que ya lleva años concentrando capital.

El territorio cambió en los últimos años, apareció disfrazado de una libertad que no existe. A nosotros, en los 90, medio que nos embrollaron con el fin de las ideologías, el marketing, la tinellización de nuestro país y algunas cuestiones, que no dejaban de ser nacionales. Si bien siempre tuvimos cipayos mirando a los Estados Unidos, hablando la mitad en inglés y la mitad en castellano, no dejaba de ser una disputa nacional. Se planteaba una resistencia que la fuimos perdiendo muy aceleradamente, con cosas que son coincidentes, como lo fue el gobierno de Macri, donde nosotros perdemos en las redes sociales y perdemos muchísimo en la batalla cultural que se estaba librando en internet.

¿Crees que ese marco que planteas nos encuentra gozando de una libertad que no existe ya que estamos condicionados por las Redes Sociales?

Creemos que gozamos de una libertad de la que no gozamos porque en realidad cambió el jefe y ahora tiene oficinas en Delaware, ya no están más en Tacuarí. Entonces, estás siempre con la posibilidad no solo de ser censurado, sino de no poder utilizar algunas palabras con algunos esquemas que te impiden el desarrollo libre de lo que quieres decir. Creo que no nos estamos dando cuenta de eso, de observar el envase en el cual se presenta toda la nueva formación y las nuevas formas de trabajo. Se ha producido un cambio muy profundo en una batalla que es desigual y global, en un territorio digital que hemos perdido qué es lo mismo que  te puede pasar en un barrio o en una provincia. 

Encima se llevan nuestros datos que les permite conocernos aun mas y parece que no hay una política concreta para protegernos de ese extractivismo 

Yo siempre digo en broma que el día que quieran cuidar nuestros datos, van a mandar a un gendarme para cuidar el cable de las toninas. Este gobierno no tiene un plan de inclusión digital. Yo no sé si realmente hay una convicción de querer defender el estado nación. Muchos hablamos de los datos y el extractivismo, pero el estado no está haciendo ni siquiera campaña con eso ni le preocupa, porque si le preocupara, haría algo o lo pondría en consideración de la gente. Yo creo que vivimos una de las etapas más difíciles porque antes, el enemigo estaba claro. Cuando había un golpe de estado, te secuestraban, te llevaban la agenda y a través de tu agenda podían secuestrar a otros. Hoy, eso no se necesita porque los datos se los diste todos. Saben dónde estás, saben lo que haces, saben lo que pensas. La gente vende su libertad constantemente. Entonces, se torna muy difícil, porque estamos frente a un sujeto que hay que respetar dentro de las reglas de la democracia y que se hace muy difícil respetarlo, porque es un zombie que no está hablando por él, está hablando por lo que le meten en la cabeza.

¿En este panorama cómo es posible que funcione la democracia?

Hay una fuerte discusión que tiene que ver con que si esta democracia, tal como la conocemos, soporta el esquema digital de la globalización del mundo. En mi opinión, esta democracia no acepta eso. Estamos pendientes de una globalización que significa jugar con China, jugar con Rusia, con Estados Unidos, o con Europa, que está completamente devastada de la misma manera que Sudamérica y que está a merced de plataformas extranjeras. Tenemos que tener en claro que hoy el mundo es de las empresas. Entonces, la lucha es contra las empresas que no se presentan a elecciones. Tenemos un problema mucho más grave de lo que estamos advirtiendo, y lo peor de todo es que la gente que tiene que defendernos no está preparada. Por lo tanto, estamos dando una lucha sin cuadros.

¿Por qué crees que la política tradicional tarda tanto en pensar estrategias digitales?

Nosotros nunca entendimos el esquema digital, nosotros no sabemos lo que es una criptomoneda. Hablo de los políticos; yo doy charlas y asesoro a un montón de políticos, y algunos creen que cuando vos hablas de USDT le estás hablando de la patente de un auto de carrera. Hablan de soberanía, y yo realmente no entiendo qué entienden por soberanía. No sé si creen que el esquema de soberanía es que no venga un buque pesquero a pescar en nuestros mares. Realmente no entiendo cuál es el esquema de soberanía cuando millones de argentinos tienen un cable en sus casas y se informan a través de lo que BlackRock quiere que veas. Entonces, hay una hiper concentración del capital especulativo financiero que tiene que ver con absolutamente todo, lo que toques: alimentos, ropa, viajes y la propia red en general.

Hay una gran colonización cultural en internet de la que tampoco nos percatamos pero que se ve reflejada en mucha terminología en inglés

El gobierno español tiene un parche de mil millones de euros para la programación en castellano, un parche que se discutió en el parlamento español y que es ley. Además, hay una secretaría en España que se ocupa de eso, porque no programar en castellano tiene unos costos altísimos. Por supuesto que creo que es parte de la colonización, donde no le podemos echar la culpa porque los inventores son ellos. Nosotros tenemos que pensar que internet es un invento que se produce en ese idioma, pero el problema no son las palabras, sino que el problema es cómo se da la transmisión de conocimiento que se hace en un idioma que no es el tuyo

En definitiva no dejan de ser empresas privadas donde nosotros transcurrimos gran parte de nuestro dia 

El esquema de la programación tenía un espíritu colaborativo, donde vos colaborabas permanentemente con gente y no mediaba el dinero en esas transacciones de conocimiento esto se daba en un campo gigante para jugar y hacer un montón de cosas. De repente, un día lo empezaron a alambrar, y no nos dimos cuenta de que lo estaban alambrando perimetralmente por afuera. Pero eso no es todo, porque al otro día empezaron a hacer alambrados cada vez más chiquitos, ahora solo nos quedó un lotecito, y que para hacer la transacción con el lote de al lado tenes que garpar.

¿Lo que trajo este mundo de lotes alambrados es una nueva manera de comercializar que pasa por el extractivismo de datos?

La Economía del Conocimiento fue trasladándose a economía del conocimiento en marketing. La gracia era venderle productos a la gente. El problema es que el producto dejó de ser producto para pasar a ser seres humanos. Siempre estuvo a nivel geopolítico la transacción de productos. Argentina tenía trigo; era el granero del mundo. El otro tenía petróleo, que le daba sustento al dólar. Hoy, lo que tenés son seres humanos. Lo que se mide es cuántos seres humanos podes controlar. La lucha es por el ser humano y no por lo que consume, porque a nadie le importa, como tampoco a nadie le importa el crecimiento de la humanidad. Hoy, lo que interesa es el consumidor. El problema de esto es que lo han logrado con la gente que vos tenías que defender o que tenía que defenderse a sí misma de la globalización. Es como pelear una guerra con zombies, perdón que soy muy distópico, pero no tengo otra manera de explicarlo. O sea, la conquista del mundo no es entre los países; es individual, sobre los seres humanos, porque a ellos les da lo mismo que vos vivas en Lituania, Nueva York o Cruz del Eje. Se borraron las fronteras no tengas dudas de eso porque  las fronteras no existen más 

Lo paradigmático de este momento es que sobra información, pero, sin embargo, hay una gran cantidad de personas que no logran entender cómo está planteado este juego.

Para poder dar este juego, hay que entenderlo, y de esta manera nos vamos a poder preparar como los músicos del Titanic para afrontar la situación con mucha dignidad. Porque nosotros no somos los del camarote de arriba, tampoco somos los del camarote de abajo, porque tenemos comprensión. Hoy en día, la libertad es tener la comprensión de este fenómeno. Frente a esto, tenemos varias opciones. Nos podemos sentar en la borda del Titanic, también podemos agarrar un balde y sacar agua del Titanic, o podemos hacer música en la cubierta. Lo que no podemos es desconocer que el barco se está hundiendo.

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