Wednesday, November 27

Mario Tascón: “Lo peor no es distinguir lo real de lo verdadero, sino que empiece a no importar”

Mario Tascón, uno de los pioneros del periodismo digital en España, falleció este viernes a los 60 años de manera inesperada en Buenos Aires, donde se encontraba por motivos laborales, informó la editorial Prodigioso Volcán, de la que era fundador.

Considerado como uno de los padres y artífices de internet en España, fue especialista en periodismo de datos, infografía, nuevas narrativas, arquitectura de la información y la reingeniería de procesos de departamentos de comunicación y redacciones.

Mario Tascón vivía, trabajaba e investigaba en las redes sociales, la innovación, la comunicación clara, el derecho a entender y la tecnología.

En este sentido, denunció la fácil difusión de bulos en los medios de comunicación y alertó de la lentitud y las resistencias de estos a la hora de adaptarse a los cambios

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Han pasado ya más dos décadas desde que Mario Tascón (Ponferrada, 1962) impulsara la primera redacción digital de un medio de comunicación en España. Fue a finales del siglo pasado en el diario El Mundo, y desde entonces, como él mismo explica en una entrevista con Valencia Plaza, el sector ha experimentado un estallido mediático que deja un ecosistema mucho más rico y abierto, pero también más vulnerable al veneno de las fake news.

Ahora, cuando ya se han encontrado nuevas vías de negocio y consolidado distintos medios nacidos al calor de Internet, la comunicación se enfrenta a más desafíos con la eclosión de la inteligencia artificial (IA). Para Tascón, esta tecnología es una herramienta periodística potente más que una alternativa a la contratación de profesionales, pero aun así reconoce que el perfeccionamiento de las simulaciones generadas con IA dificulta que distingamos qué es verdadero. Y el mayor peligro, añade, es que ello pueda dejar de importarnos como sociedad.

Con el foco puesto en la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, Tascón desembarcó esta semana en València con su consultora Prodigioso Volcán, que fundó en 2010 para asesorar a medios y empresas en materia de comunicación digital. Antes, había sido también director del área de contenidos digitales de Prisa y, durante poco más de un año y medio, presidió la Fundeu, la Fundación del Español Urgente. Es por ello que, en conversación con este diario, aborda asimismo cuestiones como el estado del lenguaje en tiempos de emojis y stickers.

– ¿Qué puede hacer la inteligencia artificial por el periodismo?

– Bastantes cosas. La IA tiene ya algunas aplicaciones prácticas en el periodismo actual, sobre todo para hacer mejores productos periodísticos. Por ejemplo, puede hacer que la gente los encuentre mejor y navegue mejor por ellos. También permite a los periodistas decidir cómo presentar las informaciones y hacer mejores análisis o infografías.

Fundamentalmente, para el periodismo es una herramienta. Primero para los periodistas, y luego para el negocio incluso del periodismo. Y esto ha dado un salto cualitativo muy fuerte con la aparición de las IA generativas, que son capaces de escribir textos con apariencia de haber sido hechos por seres humanos, crear imágenes o escribir código. Entonces, como mínimo, la IA sirve para quitarse tareas tediosas y como un asistente para la escritura. ChatGPT, por ejemplo, estructura y sintetiza bastante bien. A mí me parece que es un ‘agilizador’ del trabajo periodístico. 

– Podríamos hacer perfectamente con IA una noticia con fuentes. 

– Sí, ya hay herramientas que te ofrecen las fuentes de las que sacan los datos y puedes comprobarlos. Esto no es el futuro, es una cosa que se hace ahora mismo. Hace dos años nosotros hubiéramos podido mostrar los resultados finales de nuestro trabajo y explicar cómo lo habíamos hecho, pero tú no podías hacerlo porque no había una interfaz que lo permitiera. La diferencia más grande es que ahora la inteligencia artificial está al alcance de cualquiera. Esto es completamente nuevo.

– Es muy nuevo y ya genera algunos retos. Si delegamos en la IA la creación de noticias, ¿no estaríamos cediendo a las empresas propietarias y a las webs de las que se nutren el poder de generar información que se percibe como cierta?

– Sí, pero eso, como todo, es relativamente controlable. Si no quieres que se utilice lo que tú has escrito, lo que puede hacer tu medio, que es relativamente sencillo, es poner un sistema que bloquee el acceso a los principales motores de ingesta de datos.

– Hemos visto ya imágenes generadas por IA, como la foto del Papa con un abrigo blanco de Valentino, que muchos dan por verdaderas. Esto avanza rápido y existe un decalaje respecto a la seguridad. ¿Estamos hoy por hoy desprotegidos?

– Yo creo que no del todo. Pero en el caso que dices, la problemática que se plantea es la sofisticación de la simulación, que cada vez es más precisa, más real, y está al alcance de cualquiera. Esto puede llevar a ejemplos graves como lo que ha ocurrido ahora con las menores de Almendralejo (Badajoz). Lo peor, no sé quién lo dijo una vez, ya no es distinguir lo real de lo verdadero, sino que eso empiece a no importar. Una simulación así, hoy en día, pues es un delito. Antes solo te la podía hacer un fotógrafo experto en Photoshop y ahora está al alcance, posiblemente, de unos adolescentes de Extremadura, que tienen la misma capacidad que la persona que creó la foto del Papa. 

– ¿Hace falta parar el desarrollo de las IA para invertir en seguridad como pedían recientemente por carta intelectuales como Yuval Noah Harari?

– Bueno, esa carta era un poco un brindis al sol, y también hay que hacer un análisis de las regulaciones. Algunas de las personas que las solicitan, lo que dicen es, ahora que nosotros ya hemos avanzado, hagamos el favor de poner una regulación, porque así ponen barreras de protección sobre los nuevos. Hay también un tema económico de fondo y en el caso que tú dices, con todos los respetos, había algunos firmantes que parecían más sospechosos de un bloqueo casi económico o empresarial que de tener buenas intenciones sobre el futuro de la humanidad.

Pero es verdad que tiene que haber una cierta regulación de lo que está sucediendo, poque hay muchos elementos e incluso muchos derechos en cuestión. Por ejemplo, el propio derecho a la propiedad intelectual. Mientras no determinemos bien qué están haciendo las inteligencias artificiales… ¿Copian o crean? ¿Roban o leen? Hay fronteras un poco difusas, y eso yo creo que debe llevar una regulación, una protección. También conducen a una reflexión sobre el propio papel del Estado en estos asuntos. ¿Qué hacemos con la educación? O sea, hay que cambiar el modelo de enseñanza, porque un alumno hoy en día te puede hacer un Trabajo de Final de Grado (TFG) bastante bueno con IA.

El tema de la regulación, como siempre que aparece una tecnología nueva, es complejo. Primero hay que entenderla para poder regularla, y eso es una cosa que a día de hoy, por ejemplo, con las IA generativas, aunque hay gente que las entiende, todavía estamos lejos de que el conjunto necesario de la población, especialmente los especialistas, los legisladores y demás, las puedan comprender bien como para legislarlas adecuadamente.

– Es tiempo de pensar en la ética, en la seguridad, en los derechos de autor… Medios como The Guardian están restringiendo el acceso de su contenido a OpenAI, la dueña de ChatGPT. 

– Estuve viendo una lista y era gigante, fundamentalmente eran anglosajones pero igual había cientos de periódicos: The New York TimesLos Ángeles TimesThe Boston Globe… Estamos en un momento en el que efectivamente todo son dudas, y con la inteligencia artificial hay además un problema que es el del imaginario colectivo. Hemos visto tanto en películas como en novelas que la IA al final acaba dándose cuenta de la estupidez humana y decide que somos un estorbo para este planeta. La mayoría de la gente tiene miedo porque se imagina escenarios de este tipo.

– Pero al final, la última palabra la tienen las personas. Pensando en el periodismo, es la propia empresa la que tiene que decidir si utiliza los recursos humanos que la IA deja libres para tareas más complejas o si se prescinde de trabajadores para ahorrar costes.

– Ya pasaba antes. Hace años, cuando estaba en El País, construimos un sistema bastante eficiente con algoritmos de reglas para las retransmisiones de fútbol. LaLiga procesa todos los datos con los que se hacen las estadísticas que salen en la tele, y nosotros eso lo convertimos en lenguaje natural. Tenías la posibilidad de construir un relato para mucha gente que no estaba viendo la tele y no esperaba leer una crónica bonita. Veían que el Real Madrid había ganado 2-0, los goles y las tarjetas. Yo lo veía más como un incremento de mercados, pero ya en aquel momento se pensaba en qué pasaría en el futuro. En este caso no he visto ningún cambio, solo que tenías la posibilidad de construir robóticamente un relato de un partido en directo.

Además, creo que cuando arrancas un trabajo con inteligencia artificial o ayudado por ella, lo importante no es tanto el prompt (la instrucción), sino la idea, y para empujarla pues te apoyas en herramientas que son muy útiles. El otro día tenía que diseñar una encuesta de consumo de medios. Eso, me lo invento, te puede llevar una mañana más o menos y yo no la tenía. Con ChatGPT, y un buen prompt obviamente, me sacó una encuesta que en un 80% era la que yo hubiera tardado más de dos horas en hacer.

– No sé si es aventurarse mucho, pero, ¿qué redacciones nos puede dejar todo esto en los medios de comunicación? ¿Serán más pequeñas y especializadas?

– Que sean más pequeñas no será un problema de la inteligencia artificial, lo será del volumen del negocio. Yo a la inteligencia artificial la veo más como una ayuda en las redacciones que como una alternativa a la contratación de gente que aporte valor. La intuición para buscar noticias no la tiene. Ayer (el pasado martes) estaba viendo a ratos, mientras estábamos con otras cosas, la polémica con Borja Sémper y el euskera en el Congreso. Yo vi antes de que sucediera que iba a convertirse en trending topic (tendencia) en Twitter, una máquina tardaría un rato. A día de hoy la IA no tiene capacidad para cubrir acontecimientos. No establece la conexión o, en todo caso, son conexiones probabilísticas.

– La IA y las nuevas tecnologías también pueden ser una fuente de empleo y así lo demuestra de alguna manera Prodigioso Volcán. Se abren nuevos caminos y ahora llega a València, ¿por qué?

– El territorio para nosotros es una cuestión relativa porque somos una compañía que hace productos globales, y además el teletrabajo nos ha permitido tener un modelo muy interesante para captar talento sin necesidad de estar físicamente en las poblaciones. Tenemos gente trabajando en Sevilla, Oviedo, A Coruña, Perú… Pero luego también hay un elemento de enganche importante con los territorios. Al final, haces trabajos para empresas locales y tienes que estar cerca de ellas, aunque luego en el equipo interviene un tipo desde Perú, otro desde Ponferrada y otro desde Barcelona. Pero en la relación física con las marcas y con los medios hay un porcentaje alto de lo que tienes que hacer.

– Ha pasado ya tiempo desde que impulsaras la primera redacción digital en España. ¿En qué estado de madurez se encuentran hoy los medios digitales de este país? ¿Se han sabido consolidar?

– Hay afortunadamente muchos ejemplos de medios que han encontrado una vía de trabajo. Una vía distinta, claro, porque durante mucho tiempo la gente esperaba un modelo en el que se replicara lo que habían conocido, con redacciones de 700 periodistas y moqueta, pero eso no ha existido. En cambio han aparecido medios como Valencia PlazaelDiario.esEl Confidencial, y muchísimas publicaciones locales, algunas muy pequeñas, en poblaciones que tampoco tenían cobertura de medios convencionales.

Creo que sí que ha habido una explosión de la comunicación. Por un lado, yo creo que hay un ecosistema mucho mejor, más rico, más mediático, sí que se han ido encontrando caminos. Es verdad que también ha crecido el nivel de emponzoñamiento del mercado informativo, que es muy alto hoy en día. En general, en el mundo hay cosas increíbles, si nos hubieran contado hace veinte años, por ejemplo, el nivel de las fake news que circulan… Este ecosistema es verdad que es un un poco complejo, pero ha dado en el medio y largo plazo una oportunidad a la gente que hace las cosas bien, en el digital o en el no digital. Yo creo que ha abierto una oportunidad. Hay mucho a hacer, y a diferencia de cuando yo empezaba hay muchos ejemplos.

– Hablando de hacer o no las cosas bien, pero desde otro punto de vista completamente distinto, fuiste presidente de la Fundeu durante un año y medio aproximadamente. ¿Se escribe con la misma riqueza ahora en tiempos de emojisstickers y anglicismos?

– A mí eso me gusta, yo nunca lo he visto como un problema. Los problemas de la lengua son más los generales de alfabetización, que no es que tengamos los mejores ratios del mundo, en lugar de los emojis o ahora los stickers, que a los académicos siempre les han puesto nerviosísimos. Afortunadamente el lenguaje es muy resistente y no se ha destrozado nunca. De hecho, en mi tiempo en la Fundeu se hizo un estudio sobre eso y, básicamente, el resultado era que no se escribía peor que hace unos años. Hay una adaptación al canal que la gente sabe hacer.

Creo que eso está un poco dentro de ese mito de que las cosas cada vez son peores, y no es tan cierto. A mí, por ejemplo, en general me preocupa más no ya la escritura, sino la lectura, que es verdad que están relacionadas, pero la escritura no se estropea porque tú pongas un emoji. El emoji o el sticker son una necesidad del lenguaje textual que lleva la oralidad. Al final cuando te expresas informalmente estás más cerca de la oralidad que de la escritura, entonces ahí tienes el emoji, porque te ríes o porque le haces un guiño… Es un elemento emocional, y el sticker es una sofisticación ya de ese elemento emocional, eso no me preocupa.

– Para terminar, le he preguntado a ChatGPT qué le diría a Mario Tascón si lo tuviera delante. Me devolvió un párrafo que era casi un agradecimiento en el que ponía en valor tu experiencia en medios digitales o tu contribución a la tecnología. Son bastante educadas las IA en este sentido. 

– ChatGPT tiene una cosa, y agradecido obviamente (risas), súper importante que es el tono. ChatGPT es empático, es sumiso. Tiene un tono en el que muchas veces no reparamos, porque nos fijamos más en lo que nos cuenta, y que es de lo que más me gusta. Creo que fue un acierto. No han trabajado solo en lo que son las estructuras de contenido, sino que el trabajo que tiene de interfaz en el tono es algo que a los medios de comunicación y a las marcas muchas veces se les olvida.

– La respuesta de ChatGPT terminaba con una pregunta genérica: ¿cuál es el futuro del periodismo digital? 

– Atravesando estas procelosas aguas de las crisis de estos años, y habiendo asistido al desmoronamiento de las ediciones impresas en general y a un importante reacomodo del ecosistema mediático en todos los países del mundo, creo que evoluciona hacia que el periodismo bien hecho siga siendo uno de los principales sustentos de las democracias y de los sistemas de libertades que tenemos. Por lo tanto, debe ser un bien a proteger, por un lado, y sigue siendo también un vehículo bueno para la llegada a los lectores, que cada vez son más. Gracias a lo digital también hay más gente que lee información, que no se nos olvide que su popularización ha sido brutal.

El futuro no es sencillo, pero no lo veo mal. Hay que recuperar algunas cosas que hemos perdido por el camino, como los temas reputacionales y de compromiso, o la mejora de la rendición de cuentas. Los anglosajones, para algunas cosas de estas han sido un poco más serios. La rendición de cuentas para mí es básica y a día de hoy no vale ya con un defensor del lector, no lo necesitas en un momento en el que los lectores se comunican contigo directamente. A lo mejor deberías hacer una rendición de cuentas de otro tipo y someterte un poquito más a las regulaciones o las autorregulaciones que tú te impongas, como las declaraciones de bienes. Con todas estas cosas, y con ayuda de la inteligencia artificial, creo que tenemos un futuro bueno. Por devolvérsela a ChatGPT (risas).

Fuente: ValenciaPlaza

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