La explosión de las redes sociales hace que sus personalidades ganen posiciones en un ámbito donde antes mandaban los medios de comunicación tradicionales: la política. Los ejemplos europeos tras la votación al Parlamento de la Unión Europea: Alvise en España y Fidias en Chipre. La caída en desgracia del japonés GaaSyy. ¿Qué pasa en América Latina? La coctelera Bukele-Musk-Milei como influencia.
Por: Cenital
El influencer español Alvise Pérez, nacido en Sevilla en 1990, fue una de las estrellas emergentes de las elecciones para el Parlamento Europeo que finalizaron el 9 de junio. Fundó un sello llamado Se Acabó La Fiesta (SALF) con el que conquistó unos 800 mil votos y superó a formaciones que antes catalizaron el descontento, como Podemos.
La irrupción de este agitador se dio a través de Telegram, una plataforma con pocos filtros. Esa fue su base de operaciones 24×7: allí difundió bulos o fake news, principalmente durante la pandemia, momento en el que comenzó a hacerse conocido. Fue condenado a indemnizar a Manuela Carmena con cinco mil euros tras decir, en plena emergencia sanitaria por el Covid-19, que la exalcaldesa de Madrid había recibido un respirador en su casa “para evitar acudir a un hospital y hacer cola como el resto de los españoles”. Luego, cuando la entonces ministra Irene Montero contrajo la enfermedad, posteó: “Se destinaron dos ambulancias UVI móviles a casa de Irene Montero y Pablo Iglesias”.
Su canal de Telegram fue creciendo hasta sobrepasar el medio millón de suscriptores. Allí se da una dinámica de comunidad: sus seguidores intervienen, interactúan y, sobre todo, colectivizan su individualidad. El 24 de mayo Alvise posteó un video de archivo donde Hugo Chávez comienza hablando sobre medios de comunicación y luego, IA mediante, se convierte su cara y voz en la de Pedro Sánchez, presidente del gobierno español. El título era “Evita otra Caracas”. “Perro Sánchez es aún peor”, pone un forista. La apelación a América Latina también aparece como copy paste de medidas más recientes: “Donamos el 100% del sueldo público, porque no somos malditos parásitos”, dijo Alvise la noche electoral, replicando una decisión que Milei tomó durante su paso por la Cámara de Diputados de la Argentina –y que lo llevó a adquirir mayor popularidad de cara a la carrera presidencial–.
También recurrió a una idea bukelista: la construcción de una mega cárcel en las afueras de Madrid para alojar a corruptos e integrantes de la “casta parasitaria”. Entre ellos, suele mencionar a José Bono y Felipe González (“toda esa panda que se ha hecho millonaria y está en República Dominicana gastando vuestro futuro”), pero también a Sánchez, a quien le propuso refugiarse en un baúl. “Bukele queda blando. Vendrán la ONU y las organizaciones de Derechos Humanos a decirme que lo que estoy haciendo es una barbaridad”, dijo sin inmutarse durante una entrevista.
Una novedad de Alvise es que públicamente pidió un aforamiento, es decir fueros judiciales mediante los cuales –de acuerdo a su propio discurso–poder seguir desarrollando sus denuncias. “El aforamiento me permite una serie de cuestiones. Protegerme judicialmente, tener cierto amparo ante toda la serie de juicios que ministros, mercenarios y corruptos me ponen cada semana”, le dijo Alvise en mayo pasado al tertuliano Alfonso Rojo, director del canal ultraconservador Periodista Digital.
En la semana posterior a la elección, la cuenta oficial de Twitter de SALF anunció que Alvise rechazó que el ministerio del Interior de España le proporcione escoltas y coche oficial. Ese anuncio-del-anuncio tuvo tres mil likes. Los propios internautas dieron contexto: los eurodiputados no tienen derecho a ellos.
El youtuber y tiktoker Fidias Panayiotou se trazó un objetivo en enero de 2024: ingresar al Parlamento Europeo mediante uno de los asientos de Chipre. “Tengo 23 años y nunca he votado en mi vida”, reconoció en ese momento el joven que se hizo viral por un hecho puntual: dos años antes, agarró su bolsa de dormir y acampó durante semanas fuera de las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas. El objetivo era abrazar a Elon Musk, su ídolo.
Para ello Fidias hizo todo lo humanamente posible: se filmó disfrazado de Spiderman con pancartas y hasta hizo que sus seguidores spameen a la madre de Musk para que intervenga favorablemente, pero sucedió exactamente lo contrario. Luego fue hasta las oficinas de X, donde consiguió que un vecino lo aloje durante algunas semanas en las que terminó ablandando al magnate. Musk accedió a la fotografía con el youtuber tras el pedido de un niño que había seguido toda la historia a través de los videos.
En su canal de YouTube en español se pueden ver algunas de sus “proezas”: vivir siete días gratis en un aeropuerto, colarse en el transporte de EEUU, Japón, Reino Unido y la India para viajar sin pagar, vivir tres días en un shopping, andar descalzo durante una semana y probar los diez deportes más peligrosos del mudo, entre otros. Como se ve, un hombre que no tenía ninguna inquietud política hasta que, casi como un desafío más, se anotó a las elecciones parlamentarias y rozó el 20% de los votos, triplicando el numero que le otorgaban las encuestas, y logrando disputar con formaciones históricas como la de los conservadores (DISY) y la izquierda (AKEL).
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Nacido en Bucaramanga, Colombia, en enero de 1992, Jonathan Ferney Pulido Hernández se hizo conocido en YouTube como Jota Pe Hernández. Al cumplir 30 años fue electo senador de la República en los comicios de 2022, mediante los cuales Gustavo Petro llegó al Palacio de Nariño. JP se hizo viral apoyando las movilizaciones de 2021 contra el entonces gobierno de Iván Duque, al que previamente había apoyado por sus acciones contra el presidente venezolano Nicolás Maduro. Ese viraje –el apoyo al Paro Nacional contra el gobierno del Centro Democrático, muy cuestionado por la juventud en las calles– le permitió un aval del Partido Verde. Pero una vez que logró su cometido, el de acceder al legislativo, volvió a afincarse ideológicamente en las antípodas del petrismo, al que fustiga. Suele recostarse en el uribismo para movilizar contra el presidente, al que cree que hay que desplazar mediante un juicio político. Cuando falleció su entonces compañera de Senado, Piedad Córdoba, Jota Pe grabó un video celebratorio: “Una bandida menos en Colombia”, declaró frente a cámara, sonriente. “Se ha ido una de las peores personas de este mundo, una delincuente, una sinvergüenza. Ratas de cuello blanco hay más como ella”, siguió, vestido con su característica campera de cuero y remera negra.
Últimamente le agregó a su vestimenta un accesorio más: la gorra Bukele 2024, en quien se referencia. Viene de participar de la nueva asunción del presidente salvadoreño. O al menos eso dice él, porque Caracol Radio asegura que el congresista nunca fue invitado a los actos oficiales de posesión del ex Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). “Yo tengo dos invitaciones. Una me llegó de parte del diputado Christian Guevara, de Nuevas Ideas, el partido de Bukele”, explicó Jota Pe a Vicky Hernández, conductora de Semana, el medio colombiano que funge como principal oposición al petrismo –en esta misma columna dimos cuenta, semanas atrás, de la posible candidatura presidencial de la conductora–.
Tras su regreso de El Salvador, Hernández dio otra entrevista en Canal Congreso donde ratificó sus aspiraciones. “Yo quiero ser presidente de Colombia. Cuando Dios me diga voy a hacer mi candidatura, ganar las elecciones y presidir este país de manera honesta”. En esa misma conversación, al ser consultado sobre el turno electoral 2030, no descartó el escenario 2026. “Siento que hace falta un outsider. Si no sale, repetimos Senado”, se sinceró, no sin antes poner sobre la mesa la propuesta fetiche de estas expresiones: la construcción de una mega cárcel.
En un video subido en su cuenta de YouTube el 11 de junio, Jota Pe aceleró: puso a sus suscriptores a elegir en los comentarios si debía competir en 2026 o 2030. “Veámonos en el 2026. Colombia no aguanta más la espera del Bukele colombiano”, le respondió al hueso uno de ellos.
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En Asia hay un caso muy peculiar: el japonés Yoshikazu Higashitani se hizo conocido como youtuber en 2021, cubriendo diversos escándalos de la industria del entretenimiento local. En resumen, un chimentero 3.0. En ese entonces recibió un ofrecimiento del pequeño partido NHK kara Kokumin o Mamoru-tō, cuya traducción es “Partido para proteger al pueblo de la NHK”. ¿Qué es la NHK? La televisión pública del país. La propuesta principal de la formación ha sido, durante estos años, destruir la emisora –también radial– a través de la quita de todo el financiamiento por parte del Estado.
También conocido como GaaSyy, el hombre aceptó la candidatura por la formación ultraconservadora y entró al Senado en julio de 2022. Pero en agosto faltó a su primera sesión. Se encontraba en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, y temía ser arrestado a su regreso a Japón por amenazas y difamación contra celebridades. Lo que sigue es para una serie distópica: faltó a todas y cada una de las sesiones, llegando al extremo de ser expulsado, castigo que no se producía desde mediados del siglo pasado. Antes lo habían intimado a dar explicaciones sobre su ausencia, lo que no sucedió. “GaaSyy no entiende los fundamentos de la democracia, basada en leyes y reglas”, fundamentó el cuerpo tras su expulsión, que se dio con apoyo multipartidario en marzo de 2023. Tras ello, las autoridades de Emiratos Árabes Unidos lo expulsaron. Fue detenido en junio del mismo año en el aeropuerto de Narita, al regresar a Japón, y luego condenado por las amenazas al actor Go Ayano y al diseñador Kimio Fukutani.
Alexandre Lopez Borrull es profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Habla con #MundoPropio a raíz de la emergencia de Alvise en España. Para Lopez Borrull la política del espectáculo existió siempre, de Ronald Reagan para acá. La diferencia es la utilización de las redes sociales, pero también la conformación de propias estructuras que orbitan en torno a estos personajes.
— ¿Qué particularidades tiene Telegram para estas experiencias?
— Telegram viabiliza todo. Tiene menos control de los contenidos por parte de la plataforma. Permite todo el ruido, desinformación y bulos que en otras redes no hubieran sido posible.
— ¿Qué busca la juventud, principal pilar electoral de estos personajes?
— Hay varias cosas: pasa a ser un fenómeno cool, diferente generacionalmente, con un discurso más aproximado. Saben utilizar las redes sociales para interaccionar con la juventud. Y hay una desconfianza con la política tradicional: no están sabiendo ni dirigirse a ellos ni entender sus problemas. Aparece una idea de hartazgo con el status quo. Desconfían y buscan aquel que parece más alejado, porque dice algo distinto, fresco, que no están escuchando en otros sitios.
Iago Moreno es sociólogo por la Universidad de Cambridge. Desde Galicia, España, de donde es oriundo, whatsappea con #MundoPropio. Remarca algo central: Alvise no fue a la tele ni a las tertulias, ni a los debates ni a los mítines. Sí estuvo en entrevistas con podcasters y programas de conspiranoicos en YouTube. “Hace un bypass total a las convenciones de campañas clásicas y demuestra que, evidentemente, algo se ha roto en la esfera mediática”, remarca. Respecto a Telegram, Moreno retrata una perspectiva de orgullo por pertenecer para los miembros de esta membresía: “Son directamente mensajes que te llegan al bolsillo. Se leen en una instancia de intimidad que no se expone al escrutinio público. Tienes la idea de estar formando parte de una comunidad exclusiva, lo que marida muy bien con las lógicas de conspiración del movimiento de Alvise: la gente que está ahí siente que está al margen. Y está orgullosa de estarlo”. Es decir: Alvise convierte en activo electoral y de movilización a la filtración de documentos y noticias falsas. “Esto no había pasado, que un actor digital de fuera del mundo de la política de partidos irrumpiese en la política electoral”, cierra Iago su interpretación del fenómeno del que habla España.
La pandemia parece haber sido un momento de quiebre. Poco abordado –no hay películas, series, grandes ensayos, discos, obras– por ser un fenómeno reciente y traumático que pretendimos barrer debajo de la alfombra como si no hubiera pasado y que dejó marcas indelebles: individualización, hiperconectividad, ansiedad y aceleracionismo. En la juventud, además, se sumó a otras preocupaciones: precarización laboral, pauperización de la calidad de vida, imposibilidad de acceder a una vivienda propia, ludopatía y otras adicciones.
Todos los casos mencionados en este envío guardan esas marcas, con las particularidades de cada país. Si bien el ascenso de Javier Milei en Argentina obedeció mayormente a un problema puntual –la economía, particularmente la inflación–, encuentra puntos en común con estas experiencias en lograr apoyos sustanciales en una generación derretida por la exigencia de la subsistencia y del día a día.
Sin embargo, Bukele y Musk parecen ser dos influencias más decididas que el libertario. El primero, por la popularidad lograda por sus medidas, particularmente la lucha contra las maras, que lo llevó a una abrumadora reelección a principios de año. El segundo, por su expansión empresarial-comunicacional. Son dos fuentes de las cuales beben estas nuevas experiencias, que se van fogueando con similitudes sorprendentes. Los próximos años nos darán mayores elementos para comprender si la política como entretenimiento es un fenómeno que llegó para quedarse o apenas una ola pasajera en un mundo cada vez más convulsionado, en permanente ebullición.