Es el momento de juntarse a entender como funcionan, las diferencias que hay con los grandes medios y desarrollar las herramientas para transitarlas
Por: Mariano Quiroga
El conflicto con el campo en el año 2008 demostró que la leyenda del “periodismo independiente” era una falacia o más bien un slogan de venta de las corporaciones mediáticas. Ese conflicto nos dejó en claro que los medios de comunicación son empresas, como tal defienden intereses y cuando esos intereses se ven afectados ponen toda su maquinaria comunicacional en defensa de los porotos que supieron conseguir.
De esa batalla que libró el gobierno de Cristina Kirchner contra las patronales agropecuarias derivaron dos hechos que marcarían el futuro del país: El primero es que se consolidó la fuerza militante defensora del kirchnerismo, el segundo hito sería la Ley de Medios que tenía como objetivo primordial poder desarticular a las empresas monopólicas de comunicación y ampliar la pluralidad de voces.
Fueron años de mucha formación política, donde se deconstruyo la mirada que gran parte de la sociedad tenía sobre los medios de comunicación. Aprendimos a darnos cuenta que la realidad se puede tapar o hacer tapa, como decía la publicidad del diario Clarín. Esa ley en lo concreto no dejó mucho y lo poco que se pudo rescatar fue borrado de un plumazo por la gestión macrista. Si algo quedó en pie fue que la prensa ya no puede esconder sus intenciones empresariales a la hora de informar
Cuando se sancionó la Ley de Medios Facebook solo tenía 5 años de vida, la empresa liderada por Mark Zuckerberg cambió las reglas del juego. Hoy el sentido de la comunicación es otro, la lógica: emisor – mensaje – receptor ya no existe más, en este nuevo escenario todos somos un poquito de todo, nos convertimos en prosumidores
Facebook también cuenta con Instagram y Whatsapp tiene un valor bursátil de 65 mil millones de dólares con 2900 millones de usuarios activos que pasan por día un promedio de 5 horas conectados al móvil. Son varias las actividades que realizamos mientras estamos conectados como puede ser: socializar, entretenernos, estudiar, trabajar y lo que en este momento más nos importa consumiendo noticias. La principal fuente de información ya no son los medios tradicionales, hoy en día el principal canal informativo es lo que nos encontramos mientras usamos las redes sociales
Las plataformas no solo le están comiendo toda la audiencia a los medios tradicionales de comunicación sino que también se quedaron con los ingresos que provenían de los anunciantes que hoy ven mucho más efectivo publicitar en Facebook que invertir en un medio. De esta manera el poder de influir en las personas mediante lo que consumimos como material informativo cambio de manos, no es para menospreciar el poder de fuego que todavía tiene Clarín pero es necesario empezar a prestarle atención a la artillería pesada que hoy tienen las redes sociales .
No son lo mismo, por más que algunos vean una continuidad y consideren que las empresas mediáticas y las plataformas van de la mano entre ellos se está librando una pelea de gigantes por ver quién se queda con la audiencia. En el medio quedamos nosotros, que todavía no terminamos de entender bien de qué se trata y nos confundimos los roles. Resulta mucho más fácil seguir culpando al enemigo ya conocido que ponernos a estudiar al malo por conocer. Llevo mucho años correrle la careta a la corporación mediatica como para que ahora nos toque deconstruir a las redes sociales..
Darnos cuenta que durante mucho tiempo el matutino y la radio que siempre nos acompañaron estuvieron defendiendo roles perjudiciales para el bien de la sociedad, salir de la zona de confort y mirar que hoy el mal anida en los dispositivos que nos consumen
buena parte de nuestra vida no es una tarea sencilla. Es nuevamente salir de la zona de confort, es volver a tener que romper con nuestra inocencia de consumidores. Es desgastante tener que estar siempre con la guardia alta, pero es el único camino que nos queda si lo que pretendemos es poder tener desarrollada la práctica de poder discernir lo que contamina de lo que purifica
La tarea no es tan difícil de realizar si entendemos que esto se realiza en conjunto, porque a diferencia de lo que ocurría con la prensa donde el único lugar de participación que teníamos era la famosa carta de lectores o el teléfono de la radio para poder llamar y dejar nuestras opiniones, a este nuevo gigante lo construimos nosotros. Nosotros le damos vida con cada publicación, cada vez que compartimos estamos aportando nuestro granito de arena en la continuidad de este nuevo espacio de poder, por eso es importante preguntarnos una y mil veces quienes somos cuando estamos en las redes sociales
Pretendo y sueño con que esa respuesta sea el puntapié para un debate que nos involucre a todos, la intención a futuro es sumar encuentros donde nos ayudemos a desentrañar en quienes nos estamos convirtiendo cuando compartimos una nota o nos metemos de cabeza en una discusión virtual. Poder salir de esta enredadera con herramientas, darnos la oportunidad de entender las reglas de juego para usarlas a nuestro favor. Porque aunque no lo parezca en este territorio no todo está putrefacto, hay cosas que valen la pena y la tarea que nos queda es poder encontrarlas
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