La reciente implementación de restricciones y volantazos en Twitter genera polémica afectando a usuarios y empresas, mostrando una nueva era de transformaciones en las redes sociales.
Por: Mariano Quiroga
Gran sorpresa se llevaron los usuarios de Twitter cuando en su pleno scroll constante y sonante, fueron interrumpidos por un mensaje que les anunciaba que habían alcanzado su límite diario de navegación en la red social del magnate Elon Musk. El mensaje indicaba que a partir de ese momento se bloquearía la lectura y el posteo de tweets por un tiempo determinado. Esta acción imprevista desencadenó un gran aluvión de quejas. Acto seguido, para apaciguar las aguas, el propio Elon Musk informó desde su propia cuenta dentro de la red social que las imprevistas modificaciones eran parte de una nueva serie de medidas destinadas a impedir el denominado raspado de datos.
Elon Musk argumentó que esta decisión también buscaba proteger la privacidad de los usuarios de Twitter. Sin embargo, las claras desprolijidades dejaron en evidencia que las medidas no habían sido analizadas de antemano, esta premisa quedo demostrada cuando las mismas medidas fueron cambiadas sobre la marcha a medida que se iba incrementando el descontento en gran parte de los usuarios. Es por eso que, en cuestión de horas, los límites pasaron de 6 mil a 8 mil publicaciones para cuentas verificadas y de 600 a 800 para cuentas no verificadas. Estos volantazos evidencian una vez más la mala gestión de Twitter desde que Elon la adquirió en abril del año pasado por la escandalosa cifra de 44 mil millones de dólares.
Las repercusiones negativas no tardaron en convertirse en tendencia dentro de la misma red social. No solo por las restricciones en el consumo de contenido, sino también porque esta postura resulta perjudicial para muchas empresas y personas particulares que utilizan Twitter como herramienta de trabajo. En muchos casos, pagando por los servicios deficitarios de la empresa. Desde hace meses, Twitter ha venido acumulando una lista de quejas, y una de las críticas más escuchadas por parte de los usuarios que invierten en anuncios en la plataforma es que estos tienen poca visualización. Estas fallas en el sistema atentan de manera directa contra la principal fuente de ingresos de la red social, que no es otra que la publicidad generada por los usuarios.
Es conocida la obsesión que tiene Musk por las métricas. Sin embargo, parece que no está en sus planes mejorar las que recibe de Twitter, que indican un descenso de sus acciones de alrededor del 59% en comparación con el año pasado. Vale recordar que incluso antes de que Musk tomara el liderazgo de la empresa, Twitter ya estaba experimentando malos resultados. De hecho, muchos especialistas se preguntaban por qué Elon Musk invertía tanto dinero en una empresa deficitaria. Si comparamos únicamente el número de usuarios activos, los 300 millones de usuarios de Twitter son muy pocos en comparación con los casi 900 millones que tiene TikTok. A esto se suma la sangría provocada por la migración de usuarios que prefieren redes sociales como Bluesky o la misma Truth Social, cuyo propietario es el ex presidente Donald Trump, quien fuera expulsado de Facebook y Twitter tras ser acusado de divulgar noticias falsas y promover discursos de odio entre sus seguidores.
Varios expertos argumentan que hasta ahora los cambios realizados han sido principalmente superficiales, ya que los rasgos característicos de la red social se mantienen intactos. Entre las modificaciones realizadas se incluye la incorporación de nuevos símbolos y métricas que brindan detalles específicos sobre la cantidad de lecturas que tiene un tweet. Otro cambio significativo que experimentó la red social está relacionado con el proceso de verificación. A partir de noviembre de 2022, la verificación solo se puede obtener previo pago de una tarifa mensual de 8 dólares.
Otro de los cambios que experimentó Twitter fue la división del feed en dos secciones: “Para Ti” y “Siguiendo”. Podemos afirmar que esta modificación beneficia la lectura al hacerla más ágil. También se puede mencionar que Twitter ha logrado romper, aunque sea en cierta medida, con el filtro burbuja, un fenómeno presente en la mayoría de las redes sociales. En este aspecto, se puede destacar que los movimientos realizados fueron favorables para mejorar la experiencia de los usuarios acostumbrados a interactuar en una red social que se diferenciaba del resto por su simplicidad y la contundencia de sus contenidos. Sin embargo, es importante señalar que con el tiempo, Twitter está perdiendo gradualmente esta característica distintiva.
Lo poco que queda del antiguo Twitter no tiene asegurada su continuidad a largo plazo. Parece que nos encaminamos hacia una prolongada nostalgia por la época dorada de la plataforma, donde se discutían los principales temas políticos. Fue en Twitter donde Barack Obama construyó una base sólida que le permitió ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2008. En esa misma plataforma, Donald Trump pudo reunir a una gran cantidad de seguidores y construir su masa crítica.Sin embargo podemos ver de la mano de Twitter una ola de grandes cambios para el resto de las plataformas que también van a pasar por procesos significativos
Desde hace tiempo, circula el rumor de que el actual modelo de negocio basado en el lema de “Si el producto es gratis, el producto sos vos” está llegando a su fin. El año pasado, por primera vez en mucho tiempo, la mayoría de las grandes plataformas experimentaron una disminución en el valor de sus acciones. Esto se suma a una gran recesión a nivel global, causada, entre otras cosas, por las consecuencias de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania de la que ninguna empresa se está librando de sus efectos. Frente a este escenario lo que se puede percibir en Twitter es solo un anticipo de la nueva era que se viene donde las plataformas dejarán de existir tal cual y como las conocemos .