Maria Fernanda Ruiz: “Tenemos que abandonar la posición enunciativa que quiere decirle a los jóvenes por qué votaron mal”

Entrevista con Fernanda Ruiz especialista en convergencia de medios y en comunicación política.

En el panorama político argentino, la comunicación desempeña un papel fundamental en la construcción de identidades y en la promoción de ideas. En una época marcada por la polarización y la influencia de las redes sociales, es esencial comprender cómo se están llevando a cabo las estrategias comunicacionales de los diferentes actores políticos. De esta manera en una diálogo con Multiviral, la especialista Fernanda Ruiz explora las perspectivas y estrategias de comunicación del campo nacional y popular, en el cual resalta la clave de cara al 22 de octubre “Nuestra mayor fortaleza está en la activación de las voces propias” 

¿Cuáles son las virtudes que tiene el campo nacional y popular en lo comunicacional para dar la pelea?

La mayor fortaleza que tiene el campo popular es la activación de las voces propias, generalmente las campañas se manejan de manera tradicional, con una voz oficial que busca replicaciones y que le propone a la militancia política una centralidad, una sola voz que es la oficial. Entonces terminamos perdiendo el mayor potencial que tenemos. Es necesario leer, escuchar, comprender y mapear. Nosotros estudiamos las disputas simbólicas y los procesos de producción de esas disputas simbólicas para salirnos de la idea de que uno llega cuando toma la palabra. Es una simbiosis que antecede a la toma de la palabra, que hay que comprender y analizar para decidir dónde, de qué manera y con qué narrativas intervenir.

De la vereda de enfrente está la Libertad Avanza a la cual se le atribuyen muchos méritos en materia comunicacional ¿Cuáles son las características del espacio que conduce Javier Milei?

Milei es la construcción de un sujeto individual. En las provincias, la gente no lo votaba porque no veía la opción de la Libertad Avanza. Eso hizo que mucha gente creyera que al irle mal en las provincias, también le iría mal a nivel nacional. Pero eso pasa porque la construcción se radicó en otro territorio que no tiene provincias, tiene plataformas con un despliegue del territorio digital que cuenta con grandes potenciales. Tiene que ver con un cierto grupo de jóvenes que editan sus videos y logran narrativas que capturan la atención; este es el gran elemento en disputa en este momento. Que alguien pueda prestar atención y generar contenido de alto impacto de un minuto en donde están todos los aciertos, eso es un aspecto importante. En este ámbito, encontramos una militancia que en un ochenta por ciento es masculina, muy joven, y que no se puede evitar asociar con el avance del feminismo, que en Argentina es muy grande y vertiginoso. Este avance del feminismo ha dejado sin espacio para que la masculinidad violenta y agresiva tome un lugar destacado.

¿Se marcan dos espacios bien definidos, uno que a nivel histórico es colectivista mientras que el otro es más individualista hijo de esta época que nos toca vivir? 

Creo que nuestra tradición política identitaria se encuentra en las calles, en las organizaciones, en los sindicatos, en las universidades, en los movimientos de derechos humanos, en los feminismos y en los medios comunitarios. Está arraigada en una variedad de despliegues institucionales y organizacionales que el pueblo argentino ha construido a lo largo de su historia, desde el 17 de octubre de 1945. Tiene que ver con llegar físicamente a los invisibles que se hacen visibles en el territorio físico, en lugares como la Plaza de Mayo. Ahí reside una memoria que la pandemia destrozó, ya que nosotros éramos los obedientes, los que queríamos proteger la vida. Sin embargo, el costo político para el campo popular fue infinitamente superior al que tuvo la derecha. Esto se debe a que la derecha no deja de ser una suma de individuos, como lo afirmó Milei al decir: “Nosotros no somos colectivistas”, mientras que nosotros sí lo somos. La pandemia nos dejó noqueados, en una posición de enorme debilidad y con una pérdida de la épica que habíamos construido durante la década ganada. Urge activar eso en todos los territorios, en las calles y en las redes sociales.

Citas a la pandemia como un punto de quiebre con respecto a la comunicación entre el gobierno y el pueblo ¿Como crees que se puede solucionar esa situación?‘

Se han roto las escenas comunicativas que habilitaban los diálogos. Nosotros tenemos que reparar eso en este momento, tenemos que reparar eso para hablarle a un trabajador, a un laburante, a un monotributista, para hablarle a un potencial votante o a alguien que no fue a votar. Tenemos que reconstruir una escena comunicativa que ha sido rota. Para eso, tenemos que abandonar la posición enunciativa del enunciador que quiere ir a decirle a esos jóvenes por qué votaron mal. Tenemos que reconstruir una escena comunicativa donde sea posible un diálogo. Seguramente hay una cantidad de cosas en los valores de la vida de esas personas que se contradicen con el voto a Milei.

El peronismo históricamente supo cómo hablarle a los trabajadores ¿Ese diálogo aún tiene chances de ser recompuesto?

El 17 de octubre del 45, en términos comunicacionales, fue una experiencia del pueblo argentino que cambió el rumbo de la historia, y eso es una huella muy poderosa. Otros pueblos del continente no la tienen, por eso presentan síntomas de obediencia en su cultura de los gestos de la cotidianidad, que nosotros no tenemos. Por ejemplo, en Ecuador cuando te contestan dicen “mande”, en Bolivia también. Ya hay un posicionamiento patronal. Costas se quejaba de que los peones, a partir del peronismo, lo miraban a la cara cuando iban a pedir un reclamo, que no le bajaban la vista, te miraban fijo a los ojos porque habían levantado la cabeza. Eso está en algún lado, tenemos que ir a buscarlo en los próximos meses. Eso está en algún lugar; hay que tener propuestas comunicacionales y tecnológicas para ir a buscarlo.

Volver a las bases es la clave para recomponer el diálogo que se rompió ¿Cuáles son los puntos en los que debe apoyarse el peronismo para reconstruirse a nivel comunicacional?

Lo que hay que entender es que nosotros tenemos una fortaleza que no la utilizamos, un potencial por el cual ellos pagarían sus millones, porque no lo tienen. Nosotros sí lo tenemos, que es un pueblo con palabra propia. Nos cuesta terminar de confiar en eso, queremos que sea una sola palabra la que nos defienda, la que nos nombre. Tenemos que habilitar las voces que nombran las certezas que tiene este pueblo, que son muchísimas, que tiene historia de gente que dio la vida por esas certezas y que estamos vivos también por esa certeza, que tiene sentido seguir viviendo por esas certezas y que tienen expresiones estéticas de un nivel altísimo. Todo eso hay que comprenderlo como un proceso de necesaria articulación.

En épocas donde la Inteligencia Artificial está en auge el diálogo interpersonal sigue siendo esencial 

Hay analistas de inteligencia artificial que dicen que son tres las ventajas que tiene la humanidad sobre la inteligencia artificial. Una es la creatividad, la otra es el error, porque nosotros podemos equivocarnos y se aprende mucho de los errores; la inteligencia artificial no se puede equivocar. La creatividad, el error, porque tenemos que aprender de ellos, ser autocríticos pero no autogflagelarnos, comprender que nuestras fortalezas están en otro lugar. Nosotros queremos hablarle a los jóvenes por televisión, pero los jóvenes están en TikTok. Estamos hablándoles en falso, en otro lugar, y además, estamos hablándoles. No estamos reponiendo una escena comunicativa que hay que reponer antes de cualquier diálogo posible, porque también hay una subestimación de esa gente. Si uno piensa que el otro es un cabeza de termo, no va a poder reconstruir la escena comunicativa.

Pedro Saborido dice que cometemos el error de ver al otro como si fuera un plano, y en realidad, hay que verlo con muchas caras; algunas de esas tienen que ver con poder empatizar. Quizás es el cuadro de fútbol, quizás la comida preferida, quizás un familiar en común. No sabes con qué, pero en alguna cara de tu poliedro tienes que poder empatizar con la cara de ese poliedro. Bueno, esa es una tarea muy grande.

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