Las obras que lleva adelante la CNAE se paralizaron por falta de fondos. Qué implica para el país la detención del desarrollo e investigación científica.
Fuente: Cenital
El 22 de marzo la –hasta ahora– presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, (presentó dos veces su renuncia y todavía no fue aceptada) le envió una nota formal al secretario de Energía de la Nación, Eduardo Rodríguez Chirillo, donde menciona el inminente corte de servicios, a partir del 25 de marzo, en los Centros Atómicos y el freno de las obras de los reactores Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), el multipropósito RA — 10 y el Plan de Medicina Nuclear, debido a la falta de pagos y a la situación presupuestaria crítica de la institución.
Esto impactó en la cadena de pagos a proveedores, subcontratistas y a sus respectivos operarios. Según confirmó el secretario general de UOCRA Seccional Zárate, Julio González, hubo cesantía de 100 trabajadores que participaban de la obra.
Esto también repercute en el sector privado, ya que las empresas proveedoras experimentan una reducción en su actividad laboral. Esto se evidencia especialmente en industrias como la metalmecánica.
Maradona, el papa, el dulce de leche, la birome y CAREM
CAREM es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en la Argentina, según informa la propia CNEA.
Argentina se perfila como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia (Small Modular Reactor, SMR, por sus siglas en inglés).
Y vos te preguntarás qué diferencia hay entre los reactores SMR tipo CAREM y las centrales nucleares tradicionales como la de Springfield. Bueno, más abajo te lo resumo en 5 puntos, pero te adelanto que tiene que ver con el tamaño, la capacidad de generación de energía, la flexibilidad, modularidad, la seguridad y sus aplicaciones potenciales. Es decir, los SMR serían algo así como la versión pocket y vanguardista de los reactores nucleares.
El prototipo se encuentra en etapa avanzada de construcción (ahora frenado parcialmente) en Lima, provincia de Buenos Aires. La obra civil comenzó en febrero de 2014, momento desde el cual el CAREM se constituyó como uno de los primeros SMR del mundo en estar oficialmente en construcción.
Cuando decimos “reactor nuclear de potencia” nos referimos a que no es un reactor de investigación, sino que su función principal es la de generar energía eléctrica.
El 70 % de la construcción es de industria nacional. Las empresas argentinas que fabrican los insumos, componentes y servicios vinculados cuentan con lo que se llama “calificación nuclear”, una certificación especial para producir partes del reactor con una precisión y calidad determinada bajo los exigentes estándares internacionales, supervisados por la CNEA.
Los SMR son un tipo de reactor nuevo en todo el mundo. Existen muchos proyectos, pero pocos se encuentran en proceso de licenciamiento y construcción como el nuestro. Así lo registró la Agencia de Energía Nuclear (NEA, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en un informe publicado en marzo de este año, donde repasa los 21 proyectos de este tipo en avance a nivel mundial.
Te dejo abajo una tabla que me hace sentir muy orgullosa, donde se mencionan los 21 SMR en el mundo. No hace falta que entiendas el contenido técnico de las columnas, solo me interesa que veamos cuáles son los 8 países que pican en punta con esta tecnología de vanguardia: Canadá, China, Francia, Estados Unidos, Rusia, Suecia, Reino Unido y Argentina.
De hecho, el informe destaca que el CAREM es una de las iniciativas que se encuentran en mayor nivel de avance en el mundo. Como ves en los gráficos verdes de la izquierda, en casi todas las dimensiones que define el Panel de la NEA estamos muy bien, inclusive comparándonos con el resto de los países. Se trata de 6 criterios o parámetros para evaluar el progreso de los proyectos más allá de la viabilidad técnica: licencias, ubicación/emplazamiento, financiamiento, cadena de suministro, participación y combustible.
Esta primera versión del CAREM sería capaz de generar 32 megavatios eléctricos. Para que te des una idea, la Central Nuclear Embalse en Córdoba genera 656 MW. Con 32 MW, por ejemplo, se puede dar energía aproximadamente a una población de 120 mil personas. Comparativamente puede parecer poco, pero no nos olvidemos que es un prototipo pensado como el primer paso para luego diseñar un reactor de mayor potencia.
En paralelo al desarrollo del prototipo, la CNEA avanza en el diseño del que será el módulo comercial del CAREM, el cual tendrá una potencia mayor (de entre 100 y 120 MW), y sería la base de una central multi-reactor que permitirá alcanzar costos muy competitivos para el mercado internacional.
Ambiente y energía nuclear ¿asuntos separados?
Pensando en el desarrollo sostenible y los paradigmas ambientales de nuestra época, te cuento que en el 2022 la energía nuclear fue considerada por el Parlamento de la Unión Europea como una fuente de energía verde necesaria para la transición.
Y no sólo eso, el año pasado en la COP28, se mencionó por primera vez la energía nuclear como una de las energías bajas en carbono para combatir el cambio climático. También en la misma COP se firmó una declaración de intención por más de 22 países para triplicar la capacidad nuclear para el 2050.
Sé que es un tema que sigue generando polémicas y debates, no solo dentro del ambientalismo sino en varios sectores de la sociedad.
En los últimos años varias organizaciones ambientales se declararon a favor de la energía nuclear como por ejemplo Fridays for Future (el movimiento fundado por Greta Thunberg) en Finlandia.
Estar a favor de la energía nuclear no quiere decir que sea una alternativa perfecta y que su impacto ambiental sea cero. Pero entendiendo que el objetivo global es no seguir aumentando la temperatura media del planeta a través de la emisión y acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, entonces no podemos desechar una energía baja en emisiones como la nuclear, que, si bien no es una energía renovable, sí se la considera como una energía limpia.
Si queremos lograr la descarbonización de la matriz energética global no alcanza solo con las renovables debido a su intermitencia (dependen de factores naturales como la variabilidad del viento y la radiación solar, pudiendo afectar la capacidad de proporcionar una generación constante). Se necesitarán todas las soluciones posibles bajas en carbono para alcanzar los objetivos mundiales de neutralidad para 2050.
Los pequeños reactores modulares (SMR) representan una prometedora solución para descarbonizar sectores difíciles de abordar. Al mismo tiempo incorporan tecnologías avanzadas de seguridad para minimizar los riesgos asociados a la energía nuclear, entendiendo que es uno de los mayores miedos y prejuicios que existen sobre el sector.
Antes de comenzar a hablar sobre las ventajas de nuestro proyecto insignia CAREM y los reactores de su tipo, quiero compartirte este tremendo news que se mandó Eli Möhle en el 2022 sobre todo lo que necesitás saber de la energía nuclear: emisiones, residuos, seguridad, costos y más.
¿Para qué sirve el reactor CAREM?
- Son modulares: los sistemas y componentes se pueden ensamblar en fábricas y transportarse para su instalación. Por este motivo tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas remotas o alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía. De esta forma plantea una descentralización de la generación disminuyendo el costo de la energía.
- Son “pequeños” en comparación con las centrales tradicionales. Esto los hace más seguros. En este video, Julieta Romero, ingeniera nuclear, visita la obra del CAREM y te lo explica mejor.
- Tienen la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar, ya sea para posterior consumo humano o riego (instalaciones que normalmente demandan un consumo eléctrico alto y constante).
- Pueden alimentar energéticamente la producción de hidrógeno sin generar emisiones (hidrógeno rosa).
- Pueden aprovecharse las infraestructuras de centrales eléctricas de combustibles fósiles, como por ejemplo de carbón, para instalar un reactor SMR y reutilizar el predio para una energía limpia.
Contradicciones en el Gobierno
En el exterior, el Gobierno difunde orgulloso el reactor CAREM, mientras en Argentina se encuentra parcialmente frenado por falta de presupuesto.
El 21 de marzo, durante la realización de la Cumbre Mundial de Energía Nuclear organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) –liderado por el argentino Rafael Grossi– en Bruselas, Bélgica, un funcionario nacional del Gobierno de Javier Milei habló ante la comunidad internacional y propuso “potenciar la industria nuclear argentina “, tomando como caso el proyecto CAREM. Cuatro días después se frenó la obra por falta de transferencias de Nación hacia la CNEA. Quien expuso fue el secretario de Estrategia Nacional, exbrigadier Jorge Antelo.
En esa cumbre se dan los contactos políticos con otros países para avanzar en proyectos estratégicos, y se definen acuerdos para la compra de tecnología de este tipo. Hoy el mundo nuclear mira con atención estos proyectos por su bajo costo y su impacto productivo.
Argentina tiene la tecnología y el personal calificado para desarrollarlo y es un área clave para conseguir divisas mediante la exportación de alta tecnología.
Adriana Serquis, presidenta de la CNEA, advirtió sobre el plan del Gobierno: “No hay un plan nuclear entendido y no sabemos hacia dónde van”.
Exfuncionarios, legisladores, científicos y especialistas del sector se manifestaron en contra del freno en la construcción del CAREM.
Más frenos en el sector nuclear
También se detuvo parcialmente por falta de presupuesto la obra del RA-10, una instalación que tendrá un impacto estratégico en las áreas de salud, ciencia, tecnología e industria.
La obra civil del RA-10 está completa en un 100% (la total, en un 85%). Se esperaba que con los contratos vigentes con INVAP y todas las subcontratistas se pudiera terminar para el 2025 y empezar la puesta en marcha.
Este reactor ya se lo vendimos a Holanda en el 2018, hoy se está terminando una versión mejorada que podría ubicar al país como un jugador importante en el mercado de estos productos, y lo pondría en un puesto de avanzada en la investigación.
Oportunidad única
Este golpe es especialmente fuerte al campo científico, pero más que nada al tecnológico, por tratarse de un área que promete abastecer al país de divisas provenientes de la exportación de alta tecnología.
El sector nuclear nos posiciona mundialmente donde muy pocos países están, tenemos gente e industria altamente calificada, capacidades científico-tecnológicas y el conocimiento acumulado para construirlo, aprovecharlo y exportarlo.
No debería existir un proyecto de país sin ciencia y tecnología propia. Mucho menos en un mundo donde ya se puso en marcha la transición energética, uno de los desafíos mas grandes de la humanidad que requerirá de una gran inversión en investigación y desarrollo científico-tecnológico.