En la Sede Rectorado Centro de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), el filósofo francés ofreció una conferencia magistral en la que analizó cómo la circulación de la información y las opiniones en las comunidades digitales reconfiguraron la sociedad.
Fuente: Impulso Buenos Aires
Desilusión, desconfianza, rencor, resentimiento, locura son algunas de las características con las que Éric Sadin describió la sociedad actual en una conferencia magistral que ofreció ante más de 500 personas en la Sede Rectorado Centro de la UNTREF y cerca de 5.000 vía streaming por el Canal de YouTube. “Cuando nadie cree en nada, cuando no hay un pacto común entre las personas, entonces llega el fin. Ese es el origen de la violencia y la locura”, manifestó el autor de La era del individuo tirano, obra que trata sobre la muerte de lo común y de lo político tal como los conocíamos.
Acompañado por la vicerrectora de la Universidad Diana Wechsler y por el director de la Maestría y Especialización en Humanidades Digitales Daniel Link, el filósofo francés centró su exposición en la idea de una transformación inducida por el advenimiento de las plataformas digitales, algo que generó un cambio significativo en la condición humana bajo el auge de la tecnología. Según él, una parte de la sociedad que siempre se vio invisibilizada y marginada fue provista de plataformas de expresividad (Sadin no usa las palabras redes sociales) que le brindaron la ilusión de centralidad. “En un contexto de desilusiones permanentes y de falta de fe se les dio a las personas instrumentos para que se sientan importantes: el auto te viene a buscar con UBER, te hacen creer que tus opiniones son importantes con X o te dan el poder de calificar con un like imágenes y comentarios”, dijo Sadin. Ante esta situación, el especialista europeo observó el surgimiento de expresiones llenas de rencor y odio, lo que genera la crispación de las relaciones interpersonales.
Esta realidad tiene su influencia en manifestaciones políticas que décadas atrás eran impensadas. En relación con esto Sadin intentó explicar el surgimiento de la figura de Javier Milei, el presidente argentino. “Milei dijo que todo es mentira, que nos mintieron, que nos desilusionaron. Es un individuo que se da cuenta de la falta de fe en un contrato social y, entonces, crea uno nuevo. Sus votantes no solo lo ven como una persona que dice lo que ellos piensan sino que, además, lo encarna. Esto en la década de 1990 o en la del 2000 no hubiese sido posible”, explicó. Según él, los años de desilusión generados por políticas incapaces de satisfacer las más urgentes demandas sociales y la irrupción, en el siglo XXI, de las plataformas de interacción estimularon la aparición de nuevas figuras en las que la sociedad se ve reflejada.
La presencia del escritor europeo en la UNTREF generó mucho interés en el público. Una hora antes del inicio de la conferencia ya había una fila de más de una cuadra con gente ansiosa por escuchar sus puntos de vista. A este público Sadin le advirtió que las plataformas de expresividad y las nuevas tecnologías se potencian por la consolidación de un contexto de “sordera y violencia”. El francés dijo que vivimos “un momento caracterizado por un gran ajuste de cuentas en un entorno compuesto por masas que se pueden mostrar y tener más visibilidad que los tradicionales medios de comunicación”.
Lejos de ser algo momentáneo o pasajero, el escritor anunció que en este y en los próximos años esta situación tenderá a intensificarse por la prevalencia de las herramientas de Inteligencia Artificial. “Estamos en un loop loco que no tiene remedio. Esto es algo que hizo eco en mí: las fake news a mediados del 2000, el aumento del complotismo, los relatos alternativos, el Brexit, Donald Trump, las palabras que cuanto más grotescas son más visibilidad tienen. Esto en 2024 se va a intensificar a través de las IA generativas porque entramos en un momento en el que a partir de un simple prompt podemos generar una imagen”, sostuvo.
Ya no basta con las fake news. Ahora hacen falta más herramientas para amplificar la psiquiatrización de la sociedad. A partir de una simple instrucción se coloca en manos de individuos instrumentos para generar imágenes”. Para ejemplificar sus dichos, Sadin dijo que si una persona está enojada con su vecino puede crear una imagen en la que se lo ve pegándole a una mujer y luego subirla a internet”. También la producción de fotografías grotescas de figuras trascendentes, como la del Papa Francisco (aquí recordó cuando se alteró una foto del sumo pontífice en la que se lo ve con una campera), provoca un incremento en la desconfianza de los individuos. “Esto se va a intensificar porque una sociedad no solo tiene principios comunes sino que tiene, también, referentes comunes. Si no tenemos referentes comunes, entonces no vamos a poder entendernos. Si una persona dice ‘vaso’ y unos entienden una cosa y otros otra, entonces no podremos entendernos y la desconfianza seguirá en aumento”, agregó el escritor.
Durante la apertura de la conferencia Wechsler elogió y agradeció la presencia del filósofo y destacó el trabajo que lleva a cabo la Universidad a la hora de convocar figuras internacionales que presentan enfoques plurales. Asimismo, indicó que estos encuentros entre la academia y la comunidad permiten, también, la sinergia entre la docencia y la investigación. “Los textos de Sadin permiten permanentemente el diálogo entre docentes, investigadores y estudiantes en diferentes carreras de grado y posgrado”, sostuvo la vicerrectora.
La participación de Sadin en la UNTREF incluyó, además, un encuentro que se llevó a cabo, previamente, en la Fundación Foro del Sur. Allí, junto con el rector Martín Kaufmann, la vicerrectora Diana Wechsler y la directora ejecutiva de Foro del Sur Marlise Ilhesca, el filósofo francés subrayó de qué forma se puede combatir la posible tiranía de las IA. “Son tiempos complejos pero debemos abocarnos a una conciencia colectiva que esté en ejercicio de nuestra conciencia moral y de nuestro poder para decidir qué es lo que queremos”, precisó. A modo de conclusión recalcó la importancia de que estas temáticas ocupen la agenda política y de que los legisladores de turno adopten medidas que acompañen a los individuos ya que “yo hace 10 años que hablo y escribo en el desierto. Ningún político trata este tema”.