Análisis sobre cómo los avances en simulación mediante inteligencia artificial están transformando el marketing y la comunicación política.
Por: Conversacion Continua
Hola ¿cómo estás? espero que hayas comenzado bien este 2025.
De este lado, puedo decir que anduve con algunos días de descanso y desconexión, que la verdad me hacían falta para recargar energías y encarar este año que, seguramente, será bastante movido.
Todavía me quedan unos días más de antes de retomar pero no quería dejar pasar tanto tiempo sin compartir por acá el artículo(*) que escribí para estrategIA, el newsletter líder en español sobre política, gobierno e IA.
En el mes de noviembre, se publicó un trabajo de investigadores/as de las Universidades de Washington, NorthWestern, Stanford y Google Deepmind, en el que se realizaron entrevistas cualitativas a 1052 personas y se crearon la misma cantidad de agentes de IA para intentar simular sus actitudes y comportamientos.
Sus resultados fueron sorprendentes y abonan los usos de la IA para realizar experimentos sociales y, a fin de cuentas, intentar predecir el comportamiento humano.
1. El estudio
Los investigadores señalaron que para la conformación del estudio reclutaron “a más de 1,000 participantes utilizando un muestreo estratificado para crear una muestra representativa de los Estados Unidos en términos de edad, género, raza, región, nivel educativo e ideología política”.
“Presentamos una arquitectura de agentes generativos que simula a más de 1,000 individuos reales utilizando entrevistas cualitativas de dos horas” señalaron y advirtieron que “los modelos de lenguaje a gran escala (LLMs, por sus siglas en inglés), que encapsulan un amplio conocimiento del comportamiento humano”, permiten “construir una arquitectura que pueda simular con precisión el comportamiento en múltiples contextos”.
Lo impactante es que los agentes generativos replicaron “las respuestas de los participantes en la Encuesta Social General con una precisión del 85%, comparable a la precisión con la que los propios participantes replican sus respuestas dos semanas después”. Asimismo, tuvieron un “desempeño similar al predecir rasgos de personalidad y resultados en réplicas experimentales”.
Además, en una serie de cinco experimentos de ciencias sociales, los investigadores compararon las respuestas de humanos con las de agentes de inteligencia artificial. En cuatro de estos estudios, las respuestas generadas por la IA se asemejaron notablemente a las de los humanos. Los análisis estadísticos revelaron un coeficiente de correlación de 0.98.
2. Algo de contexto
El estudio constituye un nuevo avance en la rama de la simulación y los experimentos sociales a través de agentes IA, en los que se habían destacado el Proyecto Sid y la IA Town (y comenzado hace casi cuatro décadas con el mítico Little computer people, en la Comodore 64).
El Proyecto Sid, logró crear una sociedad virtual compleja dentro del mundo de Minecraft poblado con 1,000 agentes de inteligencia artificial autónomos. Estos agentes desarrollaron comportamientos sociales sofisticados: tejieron alianzas, establecieron redes comerciales y crearon un sistema de moneda utilizando gemas para intercambiar bienes y servicios. Incluso surgieron dinámicas de poder, en las que emergieron casos de “sacerdotes corruptos,” que reflejan estructuras sociales complejas.
IA Town parte de un trabajo que se publicó en agosto de 2023 y que consistió en analizar las interacciones de 25 agentes de IA durante dos jornadas de Smallville. Lo interesante de esta investigación consistió en observar cómo los agentes forjaban (y rompían) relaciones, colaboraban entre sí, aprendían a partir del diálogo entre ellos y resolvían conflictos.
3. Predecir el comportamiento humano: el sueño de los decision makers
La ComPol no será la única que intentará sacarle jugo a estos usos innovadores de la IA que entrecruzan la programación, la matemática, la sociología y la ciencia política.
En el comercio, el marketing y la publicidad, por ejemplo, esta tecnología puede marcar un antes y después, ser un cambio de paradigma.
Al poder simular las respuestas emocionales y conductuales de consumidores reales, se podrían probar diferentes mensajes, formatos y enfoques en un entorno virtual antes de un gran lanzamiento al mercado.
Esto no solo reduciría costos asociados con pruebas y errores, sino que también aumentaría la efectividad al crear campañas personalizadas y alineadas con las motivaciones de los consumidores, maximizando su impacto y fidelidad.
En la comunicación política este tipo de herramientas constituyen, sin duda, un desarrollo fundamental que incidirá en las campañas electorales en el corto plazo, así como también en la gestión de gobierno.
Si ante determinadas situaciones, políticos y consultores solían realizar estudios de opinión (en general online o telefónicos y, algunas veces, presenciales); ahora, con elaborar un estudio de magnitud con este encuadre, podremos pingponearle sobre infinitos asuntos y cuestiones durante un determinado período de tiempo.
Esto puede constituirse en una herramienta imprescindible para políticos y consultores para estar informados de antemano sobre la acogida de determinadas medidas de gobierno o de potenciales alianzas electorales.
Sin embargo, como toda herramienta tecnológica innovadora, también tiene su lado b.
La posibilidad de fomentar una dirigencia conservadora, excesivamente interesada en el pulso social, que le rehuya al más mínimo conflicto y que carezca de la voluntad o la audacia que, en muchas ocasiones, requiere la acción política.
4. Un llamado al profesionalismo
Los agentes de IA pueden ser vehículos para aproximarnos a los pensamientos y, sobre todo, los sentires de determinados grupos sociales, pero no debemos abrazar ciegamente esos resultados.
No solo porque, como cualquier estudio, no son infalibles y aún poseen un considerable margen de error; sino porque sus resultados nunca deben analizarse de forma aislada.
Como hijo de familia en la que se respira sociología, llevo conmigo la idea de que las lecturas más acabadas y precisas son aquellas que surgen fruto del diálogo entre distintos estudios y resultados.
Asimismo, el rol del ser humano para analizar críticamente la información sigue siendo indelegable aún.
Hay una escena de la película Irresistible, protagonizada por Steve Carell, que lo ilustra muy bien.
El film es una sátira sobre las campañas políticas de la actualidad. En ella, hay una competencia electoral próxima en un distrito menor de Wisconsin y a pocos días de los comicios, las encuestas proyectan un empate.
Entonces –spoiler alert– un miembro del equipo de campaña demócrata, sumergido en el war room, ve que en una zona muy específica del distrito hay una fuerte preponderancia de mujeres solteras y que viven solas.
En lugar de ahondar en el análisis de esos perfiles (basados en edad, género y estado civil), contrastarlos con otras fuentes o colegas, los toma acríticamente y decide elaborar una campaña de último momento en esa zona en favor del uso de anticonceptivos.
¿El resultado? Un rechazo absoluto, ya que resultó ser un barrio de monjas.
Este ejemplo no hace más que poner de relieve la importancia de la conformación de equipos de trabajo interdisciplinarios y exhaustivos.
Los datos que se analizan sin el debido rigor, generan una estrategia equivocada y, por lo tanto, malos resultados.
5. IA y ciencias sociales
La IA ya está marcando un cambio de paradigma en la biología molecular, en la que herramientas como AlphaFold (premio Nobel) han logrado predecir estructuras proteicas con una precisión sin precedentes.
Asimismo, en la física, los algoritmos de aprendizaje automático están ayudando a analizar inmensas cantidades de datos generados por experimentos en aceleradores de partículas, como el CERN, permitiendo identificar patrones y descubrir fenómenos que podrían haber pasado desapercibidos.
Del mismo modo, en la química computacional (capítulo de la química que hace uso de modelos matemáticos para simular las interacciones entre los átomos de las sustancias y así resolver problemas de índole química.), los modelos de IA pueden predecir las propiedades de nuevos materiales, acelerando la búsqueda de soluciones sostenibles para problemas globales como la energía y el cambio climático.
A su vez, investigaciones como la de los agentes IA, abren caminos para intensificar esfuerzos en materia de trabajo entre IA y ciencias sociales.
En resumen, la IA ya ha demostrado su capacidad para revolucionar las ciencias básicas.
Ahora, es momento de que potencie a las ciencias sociales, donde la IA puede ayudar a analizar y comprender situaciones sociales complejas y generar valiosos insumos a tener en cuenta en la toma de decisiones.