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Según Cointelegraph, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revocó rápidamente varias órdenes ejecutivas del expresidente Joe Biden, incluida una orden integral sobre inteligencia artificial (IA), en su primer día de regreso a la Casa Blanca. La lista de acciones presidenciales del 20 de enero incluía la revocación de la orden ejecutiva de Biden de 2023, que había establecido estándares para la seguridad y protección de la IA. Esta orden requería que los desarrolladores de IA compartieran información sobre pruebas de seguridad con el gobierno.
Trump criticó las regulaciones de inteligencia artificial de Biden, calificándolas de excesivamente restrictivas y perjudiciales para la innovación tecnológica. Sostuvo que tales regulaciones sofocan la creatividad y el crecimiento económico. La plataforma 2024 del Partido Republicano se hizo eco de este sentimiento, describiendo la orden de Biden como un obstáculo para la innovación en inteligencia artificial. La plataforma aboga por un desarrollo de inteligencia artificial que respalde la libertad de expresión y el florecimiento humano.
El 20 de enero, en la toma de posesión de Trump estuvieron presentes importantes ejecutivos del sector tecnológico, como Mark Zuckerberg de Meta, Jeff Bezos de Amazon y Sundar Pichai de Google. Este evento puso de relieve la alineación de la industria tecnológica con la postura de Trump sobre la regulación de la IA. Mientras tanto, las empresas estadounidenses están acelerando sus iniciativas de IA, y Microsoft anunció en septiembre el establecimiento de dos centros de IA en Abu Dhabi, lo que supone importantes inversiones en IA en 2024.
La orden ejecutiva de Biden, firmada en octubre de 2023, había esbozado un marco para la IA con seis puntos principales, centrados en el uso ético de la IA en el gobierno, las prácticas de privacidad de los ciudadanos y la protección de la privacidad de los consumidores. La orden también incluía mecanismos de denuncia para las empresas y orientación del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología para ayudar a identificar sesgos en los modelos lingüísticos.
Alondra Nelson, investigadora principal del Center for American Progress, expresó su preocupación por la derogación de la orden por parte de Trump, calificándola de “contraproducente para nuestro país” sin un reemplazo bien pensado. Advirtió que esta medida podría dejar al público estadounidense vulnerable a los riesgos de la IA y sin poder beneficiarse de sus posibles ventajas.
Alexander Nowrasteh, analista del Cato Institute, comentó en las redes sociales que habría sido beneficioso conservar algunas secciones de la orden, en particular las que facilitan la inmigración de trabajadores de inteligencia artificial. Señaló que los partidarios conservadores de la inmigración calificada han sufrido un revés con la derogación.
En los últimos días de la administración Biden, se propuso un marco para imponer límites y restricciones de licencias a las ventas de semiconductores de IA a todos los aliados y socios de Estados Unidos, excepto 18. Esta decisión enfrentó una reacción negativa de la industria tecnológica, que temía que obstaculizara la innovación y debilitara el liderazgo de Estados Unidos en el sector.