Vivir endeudados en tiempos de plataformas
Por: Mariano Quiroga
La deuda no se ve, pero se siente. No es un número abstracto en informes del FMI. Es la suba del colectivo, el medicamento que ahora es inaccesible, la jubilación que no cubre la comida del mes. Es la ansiedad de saber que cualquier imprevisto—una enfermedad, una rotura en la casa, un despido—puede significar el derrumbe total. Pero mientras el país ajusta, recorta y paga intereses impagables, hay una economía paralela que crece sin límites: la de las plataformas digitales.
Las empresas de tecnología no dependen de gobiernos ni de fronteras. No tienen que someterse a elecciones ni a organismos internacionales que les dicten reglas. No rinden cuentas ante nadie. Sus dueños concentran más riqueza que la mayoría de los países y sus plataformas se han convertido en...